19 marzo, 2024

Debemos comenzar señalando que se conoce como arte visigodo, el producido por estos últimos  durante el periodo que se convirtieron en la fuerza dominante de la Península Ibérica. Es decir que si tenemos que acotar un espacio temporal sería aproximadamente entre los siglos VI-VIII, pero como veremos con los ejemplos, podemos reducirlos de forma práctica  al siglo VII. El principal motivo es la conversión al catolicismo del reino visigodo, por parte de Recaredo en el año 589. Destacar así mismo que son muy escasos los restos que han llegado a nuestros días.

Los principales ejemplos los encontramos en zonas rurales, debido especialmente a que la conquista musulmana del siglo VIII, ocupó mayoritariamente las ciudades visigodas. Por lo tanto fue en algunas de estas zonas más despobladas de la meseta norte, que consiguieron mantenerse al margen de estas conquistas, las que mejor pudieron preservar estos edificios de culto cristiano alejados de la destrucción. Por lo tanto son pequeñas ermitas que desafortunadamente,  no nos sirven para conocer las primeras catedrales cristianas que se construyeron en las principales ciudades, como por ejemplo la catedral de Toledo citada en diversas fuentes.

Arquitectónicamente el arte visigodo es una mezcla entre las tradiciones romanas y las paleocristianas del Bajo Imperio. Las construcciones se llevaban a cabo con sillares bien cortados pero colocados con hiladas irregulares, con ellos se levantaban anchos muros,  con escasos ventanales. Los elementos más habituales eran las bóvedas de cañón, el arco de herradura y las columnas redondas rematadas con capiteles corintios. Su planta al principio no seguía patrones fijos y abundaban las pequeñas habitaciones a modo de sacristía, o estancias para los monjes.

Sin más dilación pasamos a conocer los mejores ejemplos, por cierto muy diseminados en la geografía hispana.

Basílica de Santa Lucía del Trampal

Comenzamos el viaje por el edificio situado más al sur. La pequeña basílica se halla en las inmediaciones del municipio cacereño de Alhuéscar,  a unos 3 km de este pueblo se encuentra el centro de interpretación de la Basílica de Santa Lucía del Trampal. Su inclusión entre los edificios de época visigoda suele levantar algunas discrepancias, que suelen ir asociadas por sus similitudes con el arte mozárabe. Su difícil datación ha llevado a diferentes interpretaciones, entre ellas la que suele encontrar más consenso, es la que habla de un inicio en época visigoda y su culminación con técnicas mozárabes.

Su planta original constaba de tres pequeñas naves longitudinales, rematadas después del crucero por tres ábsides cuadrados, son los que hoy día confieren mayor originalidad a la construcción. Fue construida sobre algún antiguo templo de época romana, ya que así nos lo revelan los diferentes sillares utilizados en su construcción con inscripciones romanas. Abandonado a principios del siglo X, y rescatado para el culto por los cristianos a finales de la Baja Edad Media, estos llevaron a cabo algunas de las reformas que hoy día podemos ver. Concretamente  siguiendo los cánones de la época se derrumbaron los muros que separaban las tres naves, y a través de arcos góticos unieron las tres para conseguir una sola estancia principal.

En los años 80 del pasado siglo XX, el estado era de abandono total, y solo usado como lugar de pastoreo. Pero la fortuna hizo que apareciera la figura del profesor Juan Rosco de la vecina localidad de Montánchez. Tras reclamar su restauración como uno de los pocos vestigios de época visigoda de la Península, hoy día se puede visitar y podéis encontrar más información en:   alcuescar.es

Ermita de Santa María de Melque.

Para encontrar la siguiente muestra del arte visigodo debemos acudir a las afueras del pequeño pueblo de San Martín de Montalbán en la provincia de Toledo, es decir la capital del reino en época visigoda. Allí se construyó entre los siglos VII-VIII un gran conjunto monástico en el cual su parte central era ocupada por la ermita en cuestión. Una vez más esta fue levantada sobre los restos de una antigua construcción romana, posiblemente una gran villa alimentada por un acueducto del cual se han recuperado algunos restos.

Destacar que es una visita muy recomendada para encontrarnos ante los principales elementos arquitectónicos, definidos entre los habituales en las construcciones visigodas. Una planta en cruz griega que recuerda las primeras construcciones cristianas de Oriente Próximo, en torno a la cual se fueron añadiendo pequeñas estancias. Tanto las bóvedas de cañón como los arcos de herraduras están muy representados, sin duda llama la atención la puerta de entrada, con el arco tapiado posteriormente para darle otro sentido a la construcción. Toda la estancia interior pudo estar decorada con múltiples efectos florales, como así demuestra algunos restos hallados. Destacar también la herencia romana que afloran en estas construcciones, en Santa María de Melque concretamente a través del pavimento original realizado con la técnica del “opus signinum

Tras la conquista musulmana el complejo monástico pasó a manos de estos últimos, que lo utilizaron con finalidad militar. Este aspecto queda demostrado con la construcción sobre el mismo crucero de la ermita, de una torre de vigilancia de forma cuadrada. Evidentemente volvió a manos cristianas a finales del siglo XI tras la recuperación de Toledo por parte de Alfonso VI, pero su decadencia debió ser progresiva hasta el abandono total en tiempos de la desamortización de Mendizábal. Fue recuperada a principios del siglo XX, y hoy se ha convertido en una de los lugares más visitados entre los espacios visigodos. Os dejo más información sobre sus horarios en: diputoledo.es

Tesoro de Guarrazar

El único de los vestigios visigodos de los que vamos a visitar que no se trata de una construcción cristiana, propiamente dicha. Para conocerlo debemos acudir al Museo Arqueológico Nacional situado en Madrid. Así y todo no lo podremos observarlo completamente, ya que tras su hallazgo fue distribuido por distintos lugares, como por ejemplo París. Algunos fueron retornados para su exhibición en el MAN, otros desafortunadamente se perdieron para siempre.

Corona de Recesvinto

El hallazgo tuvo lugar tras una gran tormenta en el verano de 1858, tras la cual  quedó al descubierto algunas piezas del tesoro. Desde ese momento hasta la llegada de los arqueólogos transcurrieron unos meses que resultaron nefastos para el tesoro, sometido a diferentes pillajes. Luego tres años de excavaciones fueron sacando de la tierra el sorprendente hallazgo. Sin duda una de las mayores incógnitas reside en las diferentes teorías sobre la procedencia del mismo, hoy día mayormente consensuadas en torno a la idea de una supuesta iglesia consagrada a Santa María de Surbaces, que debió ser un lugar acogedor de grandes ofrendas.

Sin duda este tesoro es el mejor testigo de las riquezas acumuladas por los reyes visigodos, que se hacían traer desde diferentes partes del mundo piedras preciosas para adornar sus diferentes pertenencias. La joya de la corona, nunca mejor dicho, es la corona votiva del rey Recesvinto, el encargo de codificar las leyes visigodas en el célebre código que lleva su nombre. Por suerte es una de las piezas que se puede ver durante nuestra visita el Museo Arqueológico Nacional.

Cripta de San Antolín.

Nos encontramos ante una visita muy interesante, ya que aparte de conocer otra de las joyas visigodas de la Península Ibérica, podremos observar como la arquitectura cristiana ha ido evolucionado a través de toda la Edad Media. Concretamente la cripta en cuestión está situada bajo el coro de la Catedral de Palencia, a donde deberemos dirigirnos para conocer esta construcción. Allí hallaremos la transformación de una pequeña ermita visigoda de finales del siglo VII, en una catedral gótica culminada en el siglo XVI, además de observar su paso por el prerrománico del siglo XI, o el románico propiamente dicho del siglo XIII.

La pequeña cripta que hoy subyace bajo el coro de la Catedral de Palencia, fue mandada a construir por el rey Wamba para contener las reliquias de San Antolín. Este último fue un príncipe visigodo ajusticiado en Toulouse a finales del siglo V y convertido en mártir. Tras el sometimiento del rey Wamba a la aristocracia de la Septimania (podéis conocerla en el siguiente artículo: wamba-el-rey-visigodo)las reliquias viajaron hasta Palencia.

La construcción visigoda que hoy podemos ver es una pequeña estancia en forma de capilla, con los típicos arcos de herradura y capitales decorados que sostienen una bóveda plana construida a base de grandes losas. Este aspecto constructivo es un elemento único en la Península, pero del cual se han encontrado diversos ejemplos en la arquitectura cristina de Oriente Próximo. Lo que hace realmente singular el espacio es la antesala prerrománica construida en el siglo XI durante el reinado de Sancho III. Con el fin de aprovechar las reliquias del santo para atraer a los peregrinos del recién nacido Camino de Santiago. Por último destacar sus horarios de visita en: catedraldepalencia

Iglesia de Santa Comba de Bande

Para descubrir nuestro último rincón debemos acudir al sur de la provincia de Orense, concretamente en las cercanías del municipio de Bande y frente al embalse de As Conchas. Allí encontraremos la excelentemente conservada y reconstruida con gran fidelidad  Iglesia visigoda de Santa Comba de Bande.

Según los estudios más recientes se trata de la primera construcción en la que los arquitectos visigodos hallaron la planta ideal para sus construcciones. La forma de esta en cruz griega fue imitada posteriormente en otras iglesias visigóticas. También se puede comprobar cómo con el tiempo  se fueron añadiendo algunos complementos a la construcción, como un ábside en el este y un pórtico de entrada al oeste. Así como un cimborrio del cual no queda muy clara su fecha de ejecución. El resto la construcción siguió los parámetros arquitectónicos visigodos, como las bóvedas de medio cañón y los arcos de herradura. Al final de la Edad Media fue decorada con diversas pinturas, las cuales han sido restauradas últimamente.

Destacar desde el punto de vista histórico que esta construcción visigótica se halla en una zona, que debió estar altamente poblada durante el Bajo Impero romano. De ahí los hallazgos arqueológicos que se han sucedido durante un largo tiempo, que a día de hoy hacen muy recomendable una visita a la zona. Para lo cual es importante ponerse en contacto con el ayuntamiento de Bande, os dejo la siguiente web: concellobande

Más info:

turismo-prerromanico

arteguias

Imágenes:

commons.wikimedia

5 comentarios en «Cinco lugares para descubrir el arte visigodo de la Península Ibérica»

  1. me resulta curioso que digas que están tan diseminadas por España y te hayas saltado la de San Pedro de la Nave, en Zamora, muy cerquita de Salamanca y Valladolid. Sobre todo teniendo en cuenta que los zamoramos nos preocupamos de trasladarla, piedra a piedra, cuando se construyó el embalse del Esla, allá por los años 30 del siglo pasado

    1. Gracias Paloma, cualquier lista que se haga de este tipo, esta sujeta aaer completada con la experiencia de los lectores. Gracias lo tendremos en cuenta.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
A %d blogueros les gusta esto: