19 marzo, 2024

Durante los siglos que van del XI al XIII, en los reinos cristianos de occidente se fue consolidando una obsesión por conquistar la ciudad de Jerusalén, la misma que había visto morir hacía más de 1000 años a Jesús de Nazaret. Por este motivo Oriente Próximo, en manos del islam, se vuelve unas de las zonas más conflictivas de la Edad Media. Para mitigar dicha conflictividad y en protección de los cristianos que se dirigían a la Ciudad Santa, una serie de congregaciones religiosas comienzan a asentarse en la proximidades de Jerusalén. Pero para que su lucha obtuviera el efecto deseado no bastaba con rezar, así que los monjes, tras recibir su adiestramiento con las armas se convierten en monjes soldados.

Fueron varias las congregaciones religiosas que se dirigieron a la zona, de todas ellas una brillará por encima de la demás. La Orden del Temple, que tras nacer en los primeros compases de las cruzadas, se convertirá en uno de los poderes económicos más importantes de la Edad Media. Entre ese aspecto y su repentino final, toda su historia se ha visto envuelta en múltiples misterios, que han alimentado la imaginación de los hombres y mujeres desde entonces hasta  nuestros días. Pero como reza el título, no todo el peso de las cruzadas recayó en las manos de los Templarios, otra serie de monjes soldados cogieron las armas para defender el legado de Jesús de Nazaret.

Templarios.

Destacar que no todas las órdenes religiosas que surgieron durante las cruzadas, tuvieron su papel protagonista en Oriente Próximo. Sin ir más lejos, la Península Ibérica fue uno de los espacios geográficos más prolíferos en cuanto a congregaciones de este tipo. Pero bastante tenían con parar al enemigo en su propia casa, ya que la reconquista o conquista según se mire, ancló a estas órdenes militares en la Península. Aún así varias sacaron la cabeza en pos de proteger la tierra Santa, entre ellas, la Orden de Monte Gaudio, la Orden de Calatrava o la Orden de Santiago.

La Orden de San Juan de Jerusalén, los Hospitalarios.

A mediados del siglo XI, cuando todavía faltaba medio siglo para la primera de las cruzadas. Una pequeña representación de comerciantes de la República de Amalfi recibe de manos del califa Fatimí, el permiso de construcción de un Hospital de peregrinos en la ciudad de Jerusalén. Tras lo cual la Orden de San Juan de Jerusalén se hace cargo del funcionamiento del lugar, su misión cuidar de los peregrinos que se dirigían a la ciudad. Este aspecto les llevará a ser conocidos como los “Hospitalarios”.

Caballero hospitalario

Tras la conquista cristiana de la ciudad santa en el verano de 1099, momento en el que se establece el Reino cristiano de Jerusalén, la comunidad monástica que se ocupaba del hospital se incorpora a la lucha contra el “infiel”. Dos hechos marcarán este cambio; en primer lugar la Bula Papal de febrero de 1113, con la que el hospital queda bajo tutela de la Santa Sede. El otro la llegada del Gran Maestre Raymond du Puy que ejerció el cargo entre 1120-1160. Tras dichos cambios, la comunidad monástica acogió en su seno a los caballeros nobles, tras la aceptación de estos de las reglas de dicha comunidad, entre las cuales se encontraban la pobreza, la obediencia y la castidad.

Su símbolo; la estrella blanca de ocho puntas sobre el hábito de color negro que vestían, se convirtió en uno de los más importantes durante las cruzadas. Actuaron en la defensa de los terrenos conquistados, pero también se atrevieron con las conquistas. Todo ello desde su sede, la fortaleza del Crac de los caballeros, sin duda una de las más imponentes de todas las de Oriente Próximo. Precisamente su pérdida ante los mamelucos de Egipto en el año 1271, fue una de las claves en la decadencia de los cruzados cristianos en Oriente.

La fortaleza del Crac de los caballeros, hoy en peligro por la Guerra de Siria.

Tras la relatada pérdida,  se convertirán en unos de los más fieles defensores de San Juan de Acre, el último reducto cristiano en Oriente, hasta su capitulación en 1291. Fecha en la que tras su expulsión de la Tierra Santa iniciaron una peregrinación por las islas del mediterráneo. Con una nueva misión en la mente, la protección de los barcos cristianos que surcaban el mar, en busca por ejemplo de los mercados orientales. Tras un breve paso por Chipre y dos siglos en Rodas, recalan de la mano de Carlos V en Malta. Este hecho les reportará el actual nombre de la Orden de Malta, a pesar que ya no tengan su sede en dicha isla, tras una nueva expulsión en este caso por parte de Napoleón.

Hoy día tienen sede en Roma, la Orden de Malta se ha convertido en una especie de ONG, con algunos claroscuros muy significativos.

La  Orden Teutónica, los caballeros teutones.

Su constitución es posterior a la de los “Hospitalarios”. Las primeras noticias que se tienen  sobre ellos surgen en la propia capital del Reino cristiano de Jerusalén. Allí y para la protección de los cruzados alemanes, construyen un pequeño hospital adosado a una iglesia erigida al culto de la Virgen María. Ambos edificios son destruidos tras la toma de la ciudad por Saladino en el año 1187.

Caballero teutónico

La respuesta alemana llevará a la consolidación de una nueva orden. En plena tercera cruzada y durante la conquista cristina de  la ciudad de Acre, donde los cruzados alemanes tuvieron una destacada actuación. Los peregrinos de Lübeck y Bremen con la velas de sus propios barcos improvisaron un nuevo hospital de campaña. Tras lo cual Federico de Suabia decide la construcción de un nuevo hospital, que quedará encomendado a los monjes guerreros alemanes, conocidos desde entonces como los Caballeros Teutones. En 1192 son consagrados por el Papa Celestino III, con lo que obtuvieron los mismos privilegios que los de la Orden de San Juan de Jerusalén.

Su poder creció rápidamente, los nuevos monjes guerreros ataviados de blanco y con la cruz de color negro como símbolo, se hicieron con un papel importante en la defensa de San Juan de Acre. Pero también extendieron sus dominios a Alemania, con la inestimable colaboración del Papa  y del Emperador Federico II, ambos interesados en la evangelización de los territorios germanos, como por ejemplo Prusia. Este menester tomaría mayor auge tras la caída y la expulsión de Oriente, momento en el cual dedican todos sus esfuerzos a la conquista de los territorios bálticos. Buena fe del poder que llegaron a adquirir fue la construcción de su impresionante sede en el Castillo de Malbork.

El castillo de Malbork en la actual Polonia

Hoy día todavía tiene alguna sede en Austria y en los Países Bajos. Curiosamente adscritas a las dos ramas de la Iglesia Cristina, la Católica y la Protestante respectivamente.

La Orden de San Lázaro de Jerusalén, los Lazaristas.

Su origen es bastante incierto, pero en todo caso anterior a las cruzadas. Su vocación el cuidado de los enfermos de lepra que acudían a la ciudad Santa, fuera cual fuera su procedencia y orden religiosa. Por este motivo tuvo gran afecto entre el resto de las otras órdenes.

La orden fue consagrada como independiente en el año 1115 y ratificada poco después por el Papa Pascual II. A partir de ese momento combinaron su labor de cuidado de los leprosos, con la guerra contra el infiel. Aunque parece ser que en este último menester obtuvieron más disgustos que alegrías, con sonoras derrotas como en la Batalla de Gaza, donde perecieron la casi totalidad de Lazaristas. O la pérdida de su Gran Maestre durante la toma de San Juan de Acre.

Caballero Lazarista

A pesar de lo cual no desaparecieron gracias al Rey de Francia, Luis IX, conocido como San Luis. El cual con anterioridad al desastre en Tierra Santa invitó a doce Lazaristas a que se instalaran en el castillo Boigny, cerca de Orleans para que ejercieran la labor de cuidado sobre los leprosos. El resto de su historia, tras la pérdida de Acre hasta nuestros días, ha estado rodeada de grandes personajes que han ejercido de Maestres de la Orden, como el Archiduque Leopoldo de Austria. Hoy día, a pesar de la erradicación occidental de la enfermedad, siguen presentes en varios países, como España, Holanda, Alemania, Suiza, etc.

La Orden del Santo Sepulcro.

Una figura destaca por encima de todas, su fundador Godofredo de Bouillón, es decir, el primer cristiano que entra en la ciudad de Jerusalén, tras derrotar a los  musulmanes apostados en la ciudad Santa. Una de sus primeras decisiones la fundación de esta orden religiosa y militar que quedaría en la ciudad para la custodia del Santo Sepulcro. Este último lugar es conocido a través de los Evangelios, como el sitio donde se sepultó y luego resucitó Jesús de Nazaret.

Godofredo de Bouillón ataviado con la Orden del Santo Sepulcro.

En un principio la orden fue fundada con cincuenta hombres para la protección del lugar santo, a los que se sumaron cien más al servicio de la nueva casa real de Jerusalén. A pesar de no contar con el título oficial de rey de Jerusalén, el mismo Godofredo se puede considerar el primero de ellos, posteriormente tras la muerte de este, su hermano fue coronado primer Rey de Jerusalén con el nombre de Balduino I. A partir de ese momento dos títulos quedaron unidos; el de protector del Santo Sepulcro y el de Rey de Jerusalén, además ambos bajo la protección de la orden que nos ocupa.  Destacar que su símbolo es una cruz potenzada de color rojo, sobre túnicas de color blanco.

Podemos deducir que fue una de las Órdenes militares de carácter religioso, más importantes de los reinos cristianos orientales. Participaron en diversas batallas al lado del rey de Jerusalén, como por ejemplos en los asedios de Tiro, Damasco o San Juan de Acre, lugar donde el prior de la Orden encontró la muerte. A ella pertenecieron destacados nobles de toda Europa, como por ejemplo el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV.

La tumba de Ramón Berenguer IV con el símbolo de la Orden.

Como el resto de las órdenes fue obligada a abandonar Oriente Próximo tras la pérdida de San Juan de Acre en el año 1291. Tras este final la Orden del Santo Sepulcro se asienta en diversos territorios de Europa, como Francia, Italia o Polonia. Hoy día siguen en activo y se considera una de las más poderosas del mundo con más de 20.000 miembros, y prácticamente con representación  en los cinco continentes.

Si os apetece conocer algo más sobre los Caballeros Templarios:

http://caminandoporlahistoria.com/bancos-templarios/

Mas Info: Breve historia de las cruzadas, Juan Ignacio Cuesta, Ed. Nowtilus, 2009

Imágenes:  commons.wikimedia  pinterest

2 comentarios en «Las otras órdenes militares cristianas, no solo de Templarios vivieron las cruzadas.»

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