28 marzo, 2024

Potsdam, capital del estado de Brandeburgo, es una bella ciudad al lado de Berlín.  Pero asimismo su visita es de especial interés para todos los amantes de la historia moderna y contemporánea. Ya que sus grandes parques y jardines, además de un magnifico escaparate para la práctica de los más diversos deportes, han sido testigos de algunos de los episodios más importantes de la historia de Europa en los siglos XIX y XX.  A través de esta y caminando, que es como mejor se conocen las ciudades, os quiero presentar algunos de ellos.

Antes de comenzar unas pequeñas recomendaciones. Como observamos en el mapa es un paseo de de poco más de 7 km totalmente planos y acto para cualquier persona mínimamente acostumbrada a caminar. Con cualquier calzado deportivo cómodo lo podéis hacer, la primera parte del recorrido por tierra y la segunda por asfalto. Si empezáis a media mañana, tener en cuenta dependiendo del tiempo climatológico, coger cualquier «picnic» para comer en el parque por el que pasa la ruta. Sino es factible ir a comer a la segunda parte del recorrido en el que encontraréis restaurantes y puestos de comida rápida para todos los bolsillos.

Aunque es una caminata para cualquier época del año, (vigilar en pleno invierno con las nevadas y hielos de la zona), es recomendable en verano para un chapuzón, en otoño para contemplar los bosques caducifolios  y en primavera con la floración.

Para llegar al principio de la ruta, desde el centro de Berlín , lo mejor es coger el  transporte público. En concreto las líneas S5 y S7 del metro, que nos dejaran en la estación de Wannsee.  Nada más salir de la estación coger el autobús 316 que nos dejará tras cuatro paradas al borde del puente Glienicke, el comienzo de la ruta. 

La vuelta también en metro, linea S5 y S7 que podemos coger en estación principal de Potsdam Hauptbahnhof.  Desde la cual también salen trenes, pero es más aconsejable el metro, por combinaciones al llegar a Berlín y prácticamente igual de rápido.

Principales escenarios de la ruta.

Puente de Glienicke, «puente de los espías».

glieniker

Desde el siglo XVII, punto de paso entre la ciudad de Berlín y Potsdam, el actual puente se construyó en 1907, aunque tuvo que ser reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial. Es a partir de ese punto de la historia cuando se convierte en uno de tantos símbolos de la Guerra Fría, ni para la reconstrucción se pusieron de acuerdo las potencias occidentales y orientales. Hoy día todavía existen las huellas de esas disputas, si os fijáis la parte occidental esta de un verde más intenso que el de la parte oriental, la causa evidentemente la diferente pintura que escogieron sus reparadores.

Su relevancia histórica viene del intercambio de espías entre las dos grandes potencias EE.UU y la URSS. En el periodo 1962-1986 , hecho que es recordado por Steven Spielberg, en su célebre película de 2015 «El Puente de los Espías». Es evidente que a parte de estas historias, tubo que ser un pasillo de ilusiones, esperanzas y secretos en los duros años de separación alemana.

Neuer Garten, (Nuevo Jardín).

Nada más traspasar el puente, se gira hacia la derecha bordeando el lago, en ese momento se entra dentro de este «Nuevo Jardín», mandado a construir por Federico Guillermo II  a partir de 1787.  El motivo de su construcción fue alejarse de los dominios de su tío el gran rey prusiano Federico II el grande. Para mi, hoy día el mejor jardín de Postdam, aunque esta opinión levantará opiniones en contra.

No es un jardín para el lucimiento, sino un bosque perfectamente acondicionado para el disfrute al aire libre, lleno de caminos y bosques, que junto al lago Heiliger, confieren un genial espacio para la practica de deportes, ya sea a pie, en bicicleta o nadando, en el cual esta prohibido los vehículos a motor. En dicho jardín encontramos las dos siguientes paradas del recorrido.

neuer-garten-en-invierno
En invierno
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En verano

Palacio de Cecilienhof.

Para entrar hay que abonar una entrada de 6€, en caso de combinarlo con el Palacio de Mármol que hablaremos a continuación su precio total será de 8€.

Su nombre proviene de Cecilia, la esposa del príncipe Guillermo, al cual iba destinado dicho palacio construido por el padre de este último, el Emperador Guillermo II. Este último un año después de comenzarlo a construir, llevó a su país a la Primera Guerra Mundial.  Por lo que el palacio nunca pudo ser aprovechado por el príncipe, pero si por la esposa Cecilia, que se mantuvo en el mismo hasta los días previos a la llegada de los rusos, casi 30 años después tras el fin de la 2ª Guerra Mundial y la liberación de Berlín de nazismo impuesto por Hitler.

Tras lo cual llegará el momento crucial de dicho palacio para entrar en la historia por la puerta de delante. Nada más concluir la guerra se reúnen en el mismo, el soviético Stalin, el norteamericano Truman y el inglés Churchil, en la cartera el nefasto reparto al que fue sometida Alemania y que protagonizará la Guerra Fría del siglo XX. No contentos con eso, Truman y Churchill, llegan al acuerdo de los términos de rendimiento de Japón, autorizando la utilización de bombas atómicas si así lo requería la ocasión. Pocos días después caía la primera bomba atómica de la historia  en Hiroshima.

Hoy en día, a parte del museo, se están terminando las obras de mejora en el Hotel Cecilienhof, por lo que en breve se podrá dormir en sus instalaciones.

palacio-cecilhof

Palacio de Mármol.

Muy cercano al anterior, además este si que fue construido por el mismo rey que el jardín nuevo, Federico Guillermo II. Su palacio tenia que ser el mejor de toda Prusia, así encargo a los mejores arquitectos, tanto alemanes como holandeses, su construcción a finales de siglo XVIII. El resultado un espectacular palacio de mármol, aunque sinceramente si me tengo que quedar con algo, son las espectaculares vistas al lago Heiligen.

palacio-de-marmol

Tras la salida del Jardín Nuevo, hay que dirigirse por la ciudad hacia la Puerta de Nauen, (Nauener Tor), a través de las calles Alleestrabe y Friedrich-Ebert Strabe. Aunque sin preocupaciones, ya que Potsdan esta perfectamente marcada para rutas a pie y en bicicleta. Cuando lleguéis a Nauener Tor, entrareis en el próximo destino.

Barrio Holandés.

Una de las sorpresas al visitar Postdam.  Su historia comienza en el siglo XVIII, casi un siglo después de finalizar la Guerra de los Treinta años. Tras las destrucciones de la ciudad , el rey Federico Guillermo I, manda a unos constructores holandeses la reconstrucción de esta parte de la ciudad, entre otros motivos para la repoblación de la misma, tras el balance de la guerra. El resultado 134 casas holandesas, el mayor barrio de este estilo fuera del territorio de los Países Bajos, pero no consiguió el segundo objetivo, su apreció por los holandeses nunca se vio recompensado.

No se cubrieron las expectativas, y gran parte del barrio quedó vacío.  Al resto acudieron franceses, suizos o italianos, pese a lo cual fue un barrio muy poco valorado durante  toda su historia. Aunque todo cambió tras la caída del Muro de Berlín, en los años 90 del pasado siglo, el barrio se comenzó a llenar de artesanos, artistas y jóvenes de todo el mundo.  Hoy día sus calles se han convertido es un agradable paseo de verano entre las terrazas o de invierno entre sus cafeterías, tiendas de antigüedades y talleres de artistas.

barrio-holandes

Mi recomendación a parte de perderse por todos estos talleres, tiendas, cafeterías etc. es recorrer la Brandenburger Strabe, y conocer los dos monumentos que se encuentran en ambos extremos de la calle:

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Brandenburger Strabe durante el mercado de Navidad

Puerta de Brandenburgo de Potsdam, no confundir con la de Berlín. Mandada a construir por Federico II el grande, como puerta de entrada a la ciudad a finales del siglo XVIII.  Justo en la otra parte de la calle la Iglesia Católica de San Pedro y San Pablo.

 Desde el final de la Brandenburger Strabe, lo mejor es buscar de nuevo la Friedrich-Ebert Strabe, (la última antes de llegar a la iglesia), desde la cual en 20 minutos y a través de la zona de los museos  se llega a la estación principal de Potsdam.

Es una ruta para hacerla en cualquier época del año, en verano se disfruta la calle y en invierno sus magnificas visitas. Sin olvidar la espectacular visión del Parque Nuevo, en los últimos días de otoño. En Potsdam hay muchos más lugares a visitar, pero lo más recomendable es visitarla a pie o en bicicleta, ya que existen maravillosos rincones por cualquier sitio.

 

1 comentario en «Potsdam, caminando por la ciudad que cambió la historia de Europa.»

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