29 marzo, 2024

Si hiciéramos una encuesta sobre el asesinato más famoso de la Antigua Roma, el de Julio César a buen seguro se llevaría la palma. Las veintitrés apuñaladas que recibió su cuerpo de manos de los senadores romanos, son las más tristemente célebres de la historia.

Un asesinato que no le va a la zaga al del conquistador de la Galia, es el de buen amigo Calígula, el tercer emperador de Roma. Al que la fortuna le deparó morir en la parte trasera del teatro a manos de Casio Querea, integrante de la Guardia Pretoriana, y, por lo tanto, con seguridad conocido del emperador.

Por lo menos podemos pensar que el anterior fue a escondidas, no como el de Aulo Vitelio, menos conocido que el loco Calígula, pero igual de emperador romano, aunque solo durara en el cargo poco más de medio año. A Vitelio lo cogieron los hombres de su sucesor Vespasiano, medio desnudo y con una soga en el cuello para pasearlo por Roma. Cuando se cansaron de darle vueltas lo colgaron, luego tras reponer fuerzas lo volvieron a pasear arrastrándolo hasta el rio Tíber a donde lo lanzaron. Todo esto bajo un tremendo jolgorio y alborozo del pueblo de Roma, que aplaudía a rabiar.

Muerte de Vitelo según Hugo de Groot
Muerte de Vitelo según Hugo de Groot

Son solo tres pequeños ejemplos. En definitiva, y que se conozca, la mitad de los emperadores romanos acabaron asesinados, vete tú a saber lo que pasó con los que dicen que murieron de muerte natural. Sin ir más lejos, ¿sabremos algún día la verdad sobre la muerte de Trajano?, me temo que no. También es evidente que estos son solo algunos de los millones de asesinatos cometidos, durante los doce siglos que en occidente pervivió la cultura romana, como entidad política o estado. Si tan poco valía la vida de un emperador, no cuesta mucho imaginar lo que valdría la vida de un triste tabernero.

Es interesante en este punto, hacer un recorrido temporal por las leyes romanas, para ver como actuaban en lo referente a los asesinatos. La principal fuente que tenemos para conocerlas es la compilación que hace Justiniano del Derecho Romano, en el año 533 d. C. Conocida como Digesto, que se han convertido en la base de las leyes actuales.

Leyes de la XII tablas.

Nos trasladamos al siglo V a. C. para encontrarnos, tras más de 300 años de historia romana, la primera compilación de leyes. Las célebres XII tablas fueron elaboradas a la antigua usanza griega, ya que los encargados de redactarlas fueron enviados a Atenas, para instruirse en tal menester. Tras lo cual fueron expuestas en el Foro de Roma, para que los ciudadanos atendieran a las leyes.

Grabado sobre las XII Tablas expuestas en el foro de Roma
Grabado sobre las XII Tablas expuestas en el foro de Roma

Hoy, por mucho que nos empeñemos en juntar fragmentos, solo podemos interpretar inconexas leyes la mayoría relativas a la propiedad, restando importancia a la moral y a la ética. Sobre el asesinato se conoce más cuando era legal, que cuando no lo era. En este apartado destacaban los permisos a los progenitores a disponer de la vida de sus hijos, eso sí, solo de los legítimos.

Lex Aquilia

Tendremos que esperar casi dos siglos más para encontrar nuevas leyes romanas. Aproximadamente en el año 286 a. C., gracias a un tribuno de nombre Aquilio, aparece un nuevo código de leyes que legislaban sobre los daños a la propiedad. ¿Qué tendrán que ver las leyes de la propiedad, con el asesinato? Pues la relación es bastante denigrante.

Una de las leyes explicitaba que, si se mataba a una vaca, o a un caballo, o a un esclavo… ¡Detengámonos!, Exactamente una persona tenía el mismo valor que una vaca. Que la sociedad romana era esclavista es de sobras conocido, pero hasta este punto hace que pensar. Pues bien continuamos; la ley venía a decir que, si matabas a un esclavo propiedad de otra persona, serias condenado a pagar a la misma, lo que dicho esclavo hubiese producido durante un año si hubiera estado vivo.

Está claro que en el siglo III a. C. la mayoría de esclavos procedían de las conquistas que, la ciudad de Roma había efectuado en el resto de los territorios italianos. Por lo tanto, había que proteger al romano, y las leyes debían favorecerle, matar a un esclavo minaba las rentas del propietario romano, por lo que era menester sufragar esa pérdida. El tal Aquilio pensó: le subimos el precio al esclavo, así se lo piensan mejor antes de asesinarlo. En definitiva, estamos ante una triste realidad, si tienes dinero te puedes convertir en “asesino legal”.

Leyes de Sila.

Como vemos dos siglos más esperando nuevas leyes. El siguiente “legislador” sería Sila sobre el año 81 a. C., que, tras ganarle la Guerra Civil a Mario, se convierte en Dictador, amo y señor de Roma.

Aquí ya entra en escena un curioso personaje, el sicario, es decir un señor que va con su pequeña espada por ahí con intenciones de matar. Ciertamente este personaje que ha existido desde los tiempos inmemoriales de Roma, no aparece en las leyes hasta los años de Cayo Graco, es decir medio siglo antes que el Dictador Sila. Desafortunadamente las fuentes se han perdido, y no sabemos el trato que dio el gran político romano a este asunto. Si conocemos el que dio Sila con su “Lex cornelia de sicariis et veneficiis”, lo de sicario está claro, el segundo término se suele traducir por envenenadores.

Una esquina romana, un sicario.
Una esquina romana, un sicario.

La Roma Republicana en especial durante sus dos últimos siglos, estaba presidida por el caos. Las clases altas de la sociedad romana mataban a diestro y siniestro, las calles eran pasto de las bandas armadas que mataban a los rivales políticos, económicos y sociales. Todo aquel que no pensaba como tú, era objetivo de los asesinos a sueldo, la vida no tenía valor.

Sila, convertido en Dictador, decide con su famosa ley quitarse de en medio a todo aquel que le molestara. Todo sicario pillado ejerciendo un asesinato era condenando a muerte. ¿A quién crees que dirigió esta ley? Durante su mandato se calcula que murieron 400 senadores y 1.600 ecuestres, evidentemente la mayoría de ellos rivales políticos de Sila. Al menos podemos sacar algo mínimamente positivo de esta ley, el asesinato paso de ser un asunto de familia, a un asunto de estado, aunque el amigo Sila lo usará a su conveniencia.

Adriano, el más sensato.

Lo que había llovido desde lo de Sila. La Republica muerta y enterrada, y el Imperio con un siglo y medio a las espaldas. Trece emperadores en el cargo, y ninguno de ellos dejó claro lo que opinaba de los asesinatos. A Casio Querea, recordemos el asesino de Calígula, lo mando a ejecutar el tío de este, el nuevo emperador Claudio. La familia haciéndose cargo de muertos, un aspecto que no difiere mucho de lo que pasaba habitualmente en cualquier estamento social de la Antigua Roma.

Adriano, en una costumbre muy actual de las Redes Sociales de colorear a los emperadores romanos.
Adriano, en una costumbre muy actual de las Redes Sociales de colorear a los emperadores romanos.

La actitud de Adriano es la primera en toda la historia de Roma en significar la intencionalidad de matar. En su edicto aparece por primera vez, la diferencia entra asesino y homicidio involuntario.

“el que mata a un hombre, puede ser absuelto si no lo hizo con ánimo de matarlo”

“el que hirió a un hombre, con intención de matarlo, es un homicida”

El edicto de Adriano no supuso ningún vuelco en la legislación romana. Pero fue la primera vez en la historia, que se tenga constancia, que el máximo dirigente del estado romano hizo partícipe al mismo, de asuntos privados del pueblo de Roma en lo referente a un asesinato.

Sangre en el foro de Emma Southon.

En nuestra sociedad actual, al menos en una gran parte y sobre todo en el que denominamos mundo occidental, es difícil entender el compartimiento del estado romano ante un asesinato. Hoy en día, cuando sucede un atentado, un asesinato de violencia de género, o un robo con violencia, por poner algunos ejemplos, existen dos víctimas; el que yace muerto, y el propio estado que no ha sido capaz de proteger la vida de esa persona. Es indiferente si la familia de la víctima pone denuncia o no, el estado actúa de oficio contra el crimen.

Incluso podemos ir más allá. Hoy un crimen dentro de la familia, conocido habitualmente como violencia de género, nos convierte a todos en víctima, y nos impulsa a elevar nuestra voz por encima de la del asesino para que se haga justicia.

Está claro que, a lo largo de gran parte de la historia de Roma, esto no era así. El estado romano se mostraba indiferente ante un crimen, siempre y cuando no le tocará sus intereses. Un asesinato no era motivo de investigación, no existía un fiscal o policía que se dedicará a este menester, tenían “obligaciones más importantes”. Simplemente no era problema del estado. Si un hombre estrangulaba a una mujer, por el motivo que fuese, sino se encargaba su suegro de él, el asesino seguía con su “vida normal”.

Una escena significativa, que refleja la impunidad del asesinato en al antigua Roma.
Una escena significativa, que refleja la impunidad del asesinato en al antigua Roma.

Nuestra sociedad actual y gran parte de la historiografía tiende a vanagloriarse de nuestro pasado muy habitualmente. En nuestro caso como occidentales mostramos orgullosos nuestro pasado romano, haciendo incidencia en sus grandes conquistas, o sus magníficas construcciones.

Afortunadamente, también los nuevos historiadores nos aportan visiones más críticas de las sociedades antiguas, como el caso que nos atañe hoy.

Emma Southon es una joven Doctora en Historia Antigua por la Universidad de Birmingham, que se reconoce como una apasionada de la Historia de Roma. Su segunda obra es un magnífico ensayo sobre el crimen en Roma, titulado Sangre en el Foro. Una profunda reflexión sobre la cultura romana, desde un punto de vista que normalmente no es atendido por la historiografía. Desde octubre de 2020 la podemos disfrutar con traducción de Marc Figueras, y gracias a la Editorial Pasado & Presente.

Clic en la imagen.

Fuentes:

Sangre en el foro, Emma Southon, Ed. Presente & Pasado, 2020.

1 comentario en «La impunidad del asesinato en la Antigua Roma.»

  1. Todo se trata del valor que le demos a una persona. Para los romanos, parece ser que una persona, era un mero objeto de propiedad -si era esclavo-. Ellos se asesinaban como un hecho de honor para conseguir algo en política, propiedades, negocios, mujeres. Matarse era muy fácil para los romanos.
    Hoy en día, aparentemente en Occidente, ante alguien que ha sido asesinado. Hay una alteración psicológica, de horror.
    Que deja de serlo cuando se desencadena un conflicto, una guerra. Que un muerto, pasa a ser un número, alguien que ha muerto. Y yace en medio de la calle o en el frente, campo de batalla.

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